Bienvenida

Un nuevo blog, llamado historias...

Tal vez leas de alguien que te he contado, tal ves leas tu historia. Algún punto donde tu historia se ha cruzado con la mía. Tal vez no sea como tu la recuerdes, ni como yo lo hago... el tiempo va borrando ciertos detalles, pero la esencia permanece.

domingo, 7 de abril de 2013

La Chona I




Mi historia comienza justo en un pueblo llamado Encarnación de Diaz, Jalisco.  De donde son mi padre, mi madre y sus respectivas familias.  No es un lugar muy grande, todo mundo se conoce.  Los chismes son el pan de cada día.  Un mercado, vías del tren, iglesias, kiosco, calles, negocios.

Todas las ciudades se parecen, tienen casí lo mismo, funcionan igual... Obviamente exhaltamos la nuestra, que si las tradiciones, que si hacen algo muy bien.  Pues yo resalto de la Chona muchas cosas: El delicioso pan, la industria textil, su tradición migrante, los tacos de tripas, el machismo, lo mocho.

Una ciudad pequeña, sin necesidad de coche para transportarse de un punto a otro de la ciudad. Hace unos años aun no era invadida por cadenas comerciales.  Habia tiendas grandes de abarrotes, tienditas de la esquina, mercado y tianguis.

No fue hasta años después que hubo servicio de transporte público. Creo que sólo había 2 gasolineras, una perteneció a la familia de mi papá un tiempo, luego llegaron esas empresas trasnacionales, dandole un poco en la torre al comercio local.

Mi tía tiene desde mucho antes que yo naciera una tienda de ropa. se llenaba de clientas, y cuando era una pequeñita, ya me explotaban: mi tía solía llevarme y me sentaba en las vitrinas... creo que era para atraer a más gente.  Todo mundo preguntaba que como me llamaba, y que de quien era hija... mientras las dependientas aprovechaban para ofrecerles más mercancía.

Antes de que nos mudaramos a León, mis tías cuidaban el "Rancho Viejo", un montón de hectareas, una casa vieja, cochineras, una presa.  Al lado estaba un parque que tenia canchas de fronton, de basquet y juegos y patos.  En ese rancho vivieron mucho tiempo mis tías, después era la casa de campo para vacaciones, pero se seguían haciendo cargo de el.  Nunca supe que pasó.  Hasta años después que fue vendido por una baba de perico, fraccionado para hacer crecer la ciudad.

Esa tienda... el pretexto prefecto para ir a trabajar en vacaciones y escapar a la rutina tranquila del pueblo... al principio era solo el agente "T" traime esto, ten y ve al banco, toma, este no era...  y después me dejaba la tienda como encargada.

Desde los 12 o 13 años me iba semanas en vacaciones para allá.  Era bueno para mí dejar un rato a mis papás, aunque después, la Marijose se me pegaba.  Lo importante era ir para allá... si, a ganar un dinerillo.  pero tal vez había otros motivos (♥) y digo tal vez... porque nunca se comprobó nada!

Si, ver a mis primas, salir con ellas. Llegó un momento en que no sólo conocía a mis primas... si no a unas cuantas chamacas más y algunos mequetrefes.  Algunos merecen mención aparte, pero más adelante será.

las vacaciones en la chona era como regresar a los orígenes.  A la rutina de siempre, a una vida tranquila, que mi tía chula me consintiera, escuchar a mis tías, ir a la huerta. a ver a la familia.  no es que sea muy apegada a ellos, pero era bueno verlos de vez en cuando. A quienes en definitiva fui apegada, era a mis tías abuelas maternas y a mis primas paternas.  







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