Bienvenida

Un nuevo blog, llamado historias...

Tal vez leas de alguien que te he contado, tal ves leas tu historia. Algún punto donde tu historia se ha cruzado con la mía. Tal vez no sea como tu la recuerdes, ni como yo lo hago... el tiempo va borrando ciertos detalles, pero la esencia permanece.

sábado, 24 de agosto de 2013

Las relaciones...


 ¿Porqué cactus? ¿Porqué no mejor unas flores bonitas? ¿o unas hierbas medicinales? La respuesta a estas preguntas: Porque es mi blog y me gustan los cactus!

En realidad lo que quiero es hacer una comparación de las relaciones interpersonales con las plantas... Y esque se parecen... hay que cuidarlas, moverlas, ponerles agua, llevarlas al sol o ala sombra. Igual que las relaciones con las personas: hay que estar al pendiente, buscarlas, procurarlas, salir, hablar. 

La relación con cada persona es muy distinta.  Tiene una historia que la ha formado, y a pesar de que se den en un mismo contexto las circunstancias nunca son las mismas.  Lo que se comparte no es lo mismo, las actividades, los tiempos, las palabras, los temas, los intereses.  

Puedo decir que hay muchos tipos de relaciones:

Las relaciones/plantas medicinales.  Las que curan, escuchan, ayudan y sanan.  Hay que cuidarlas, tenerlas a la mano. Cultivarlas no es tan fácil.  Lleva tiempo que crezcan, que maduren, se afiancen y echen raices.  La confianza debe madurar y poder sostenerse sola, hay que ser constantes con cada acción para hacerla crecer y florecer.  Cada una tiene su punto. Con cada persona sabemos cuando es el momento para confiarle lo que nos sucede.  Y cada una tiene su mecanismo de acción:  Algunas nos causarán fiebre para poder sacar lo malo de nuestro cuerpo, otras nos tranquilizan.  Pueden tener un sabor amargo.  Pero con su escucha, su consejo ayudan a nuestro bienestar, a que nos sintamos mejor.

Las relaciones/plantas de ornato.  Se ven bonitas, adornan, mejoran el ambiente.  Flores, palabras bonitas. Siempre nos hacen sentir mejor.  Alegran, sonrien.  Hay que salir con ellas, o invitarles a nuestra vida.  Que le pongan sus colores y aromas.  Son necesarias, positivas.  No hay mucho de fondo.  Pero nunca están de más en el jardín.

Los cactus.  Crecen en la adversidad, en el desierto, lejos de todo.  Buscan sus recursos, sobreviven al frío, al calor, a la sequía.  Tardan en crecer.  Desafian a la distancia, al poco riego, al poco contacto.  Y se mantienen vivos.  Son relaciones que pocas veces nacen como relaciones cactus.  Pocas llegan aquí.  Son relaciones que trascienden.  Que se mantienen aunque no haya un contacto diario, aunque no tengan lluvia amenudo.  Y sin embargo no mueren.  Viven atravez del tiempo y la distancia.  Aportan sombra en el sol. Se forjan con paciencia, con tiempo y cuidado de calidad. 

Las relaciones árbol.  Echan raíces  Llegan para no irse.  Ofrecen apoyo, sombra y refugio en la tempestad.  Resisten a la tormenta, a los ventarrones, a las inundaciones, a la sequía.  Te apoyan para ver más allá del horizonte.  Pero tiene que pasar tiempo para lograrlo.  Se deben guíar.  Guiar constantemente, aportarles para que crezcan, darles tiempo, cuidado, atención.  Pero lo que ofrecen, vale la pena.  Disfrutar de lo que pueden ofrecer cuando se afianzan, cuando maduran es bello.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Interactuemos