Bienvenida

Un nuevo blog, llamado historias...

Tal vez leas de alguien que te he contado, tal ves leas tu historia. Algún punto donde tu historia se ha cruzado con la mía. Tal vez no sea como tu la recuerdes, ni como yo lo hago... el tiempo va borrando ciertos detalles, pero la esencia permanece.

martes, 5 de mayo de 2015

Extraño

Extraño el arroz con leche.  El olor de la cocina, lo lleno del refri, de los cajones de las galletas, extraño los dulces Laposse después de desayunar un huevo tibio con una tortilla quemadita.

Extraño tus cabellos canosos, tu vaso de leche, tu olor.  Extraño pasearte en silla de ruedas, y comer un sandwich de helado. Escucharte contar tus historias, las historias mías. El paseo en camión de la Chona a León para recibir una vacuna y visitar a mi papá.  Que me oligaras a desayunar en el kinder.

Atte.
Pedazo de muchachilla pistueca.

viernes, 1 de mayo de 2015

Los hombres también lloran, y las mujeres vemos porno


En un mundo dicotómico, donde el rosa es excluyente del azul, y lo femenino de lo masculino. Donde escondemos en el armario el deseo sexual, el disfrute del placer, dilapidamos el goce y las ganas de echarnos un macho (o macha, o mujer, o lo que cada una guste).

La clítoris, las pezones, el cuello, los muslos, la piel.  Roces, mordidas, besos, besos húmedos, imaginación, hielos, plumas, tela, lazos...  Sentir rica, cosquillitas, que se hagan agua los labios, que se ericen los poros.

Sentir, disfrutar, regocijarse, satisfacerse, retozar.  Nos lo negamos, porque eso es de putas.  Así como los hombres se niegan llorar de alegría, o desmoronarse ante la incertidumbre, o se niegan asombrarse por cosas sencillas, porque eso es de viejas.

Una reflexión simple: Darnos permiso de sentir, de explorarnos, de vivirnos más allá del género.